
Las dos clases, la de la tortuga y el ratón, donde la mayoría de los alumnos tienen entre 4 y 7 años, realizan una vez a la semana el taller de la flor. Este taller está pensado para descubrir y conocer más cosas sobre nuestro entorno desde la curiosidad y el hecho de tener cura.
A través de buscar flores, frutas, verduras y elementos de la naturaleza que encontramos en nuestro entorno y en cada estación del año jugamos, experimentamos, pintamos y observamos el proceso, el crecimiento y el cambio de las cosas.
Esta actividad se enmarca en una estructura repetitiva que los ayuda a anticipar la experiencia y a tolerar mejor el hecho de acercarse y conocer nuevos materiales, dentro de un marco repetitivo, conocido y seguro.
El taller de la Flor es experimentación
Esta actividad se lleva a cabo en un espacio diferente al habitual de cada grupo. Se junta una mesa más grande donde caben todos los niños y se coloca el material en el centro de esta para favorecer la experimentación al ritmo que cada cual necesita. Siempre teniendo en cuenta que las maestras están acompañando a los alumnos para guiarlos. Además, dependiendo del material que se utilice, se hacen pequeños grupos para ajustarse mejor a cada niño y a lo que necesita este en aquel momento.
Es un espacio para ofrecer oportunidades que despierten la curiosidad y el interés hacia el entorno y hacia varios materiales que en este caso son principalmente alimentos. Así, proponer un entorno a manipulación y experimentación para que cada cual, desde su necesidad, interés o momento evolutivo, pueda acercarse, descubrir y aprender alrededor de frutas y verduras. De este modo se favorecen las experiencias de mirar, tocar, probar, poner y sacar, separar y unir, diferenciar los colores o calidades, pintar, estampar, etc., dejando un recuerdo gráfico o fotográfico de cada experiencia para después poderla recuperar en un cuaderno e ir construyendo una continuidad del proceso.
El taller de la flor es un espacio para ofrecer oportunidades que despierten la curiosidad y el interés hacia el entorno y hacia varios materiales
En una actividad de experimentación todo el cuerpo está implicado por el hecho de estar manipulando materiales, implicado en experiencias sensoriales y motrices, viviendo las emociones que genera el hecho de manipular nuevos elementos, así como sentir el disfrute y la experiencia compartida con la posibilidad de jugarla. Se atiende y se acoge como cada niño se siente y se dispone ante cada situación.


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