Se puede diagnosticar el TEA siempre y cuando se den manifestaciones clínicas en la llamada triada autista, hay de haber afectación en las 3 siguientes áreas (Wing, 1981):

  • la interacción social recíproca,
  • la comunicación y lenguaje y
  • las dificultades imaginativas y de simbolización que llevan a fallas en la flexibilidad mental y comportamientos de tipo estereotipado y repetitivo.

Se diagnostica TEA en tres grados: leve, moderado o grave (APA, 2013). Se considera un contínuum dentro del mismo y esta perspectiva da posibilidad a la evolución de las personas dentro del mismo espectro y a la visión por lo tanto dinámica del mismo (Klein, 1930).

Los últimos años ha habido un incremento de los casos diagnosticados. Actualmente, se considera que la prevalencia del autismo aumenta cada vez más, Autism Speaks (según  datos de The Centers for Desease Control and Prevention 2020 ) habla de 1 de cada 54 personas en los EE. UU., la World Health Organization. haba de 1 cada 160 personas y Autismo España (2020) de una cada 100 personas.

El mejor conocimiento del TEA y la ampliación de los criterios del espectro podrían explicar, en parte, este incremento, pero se plantean también que otros factores ambientales podrían estar relacionados.